Bájale el volumen al estrés... crónicaMENTE

Bájale el volumen al estrés… crónicaMENTE

Nuestros pensamientos

¿Cuántas veces has sentido a tu mente tan sobrecargada que te han entrado las ganas de poder sacarte la cabeza, sacudirla y volvértela a encajar más liviana y liberada?

Creo que a todos nos ha sucedido. 

Hace unos días miraba la imagen de una de las esculturas erigidas por el belga Thomas Lerooy a las que tituló «El peso del pensamiento» y se me vinieron a la mente algunas reflexiones.

En mi opinión, Lerooy no podía haber representado mejor el cómo y hasta qué punto, nuestros pensamientos sobre el pasado/futuro, ejercen tal poder sobre nuestras vidas.  Inconscientemente les permitimos dominarnos y gobernar nuestra manera de ver y actuar ante los sucesos que nos llegan cada día. Influyen también en cómo vemos a los demás (prejuicios), en la relación que tenemos con nosotros mismos y con el entorno (creencias), en pocas palabras, trascienden a nuestra conducta.

Según Sharon M. Koenig, autora del libro «Los ciclos del alma», tenemos alrededor de «60,000 pensamientos al día y la mayoría de ellos son negativos».  

Por otra parte, ¿sabías que “más del 90% de tus preocupaciones nunca llegan a ocurrir”? [Laura Fuster, psicóloga del Centro de Psicología Cognitivo Conductual de Valencia, 2020].

¿Entonces…? El resultado es que bajo este patrón de exceso de preocupaciones, de pensamientos negativos y de estrés, cada día que pasa nos sentimos más y más agobiados… incluso, enfermos. Nuestro sistema inmunológico sufre. Pero esto no termina aquí.

«El estrés crónico sostenido en el tiempo vuelve a las personas más individualistas y menos empáticas» – Dr. Facundo Manes.

Es importante empezar por darnos cuenta que un exceso de pensamientos pesimistas y negativos pueden conducirnos seriamente a estados existenciales inadecuados y a autogenerarnos una cadena de problemas de salud y problemas relacionales que nadie en su sano juicio desea.

La culpa por el pasado y la angustia por el futuro generan preocupación y tensión constante, es decir, un exceso de cortisol en el cuerpo. En otras palabras, mientras más te preocupas o más tenso estás, peor reaccionará tu organismo y peor te llevarás con los demás.

El cortisol

El cortisol, conocido también como la hormona del estrés, del miedo, de la angustia y del desconcierto, se produce en las glándulas suprarrenales y actúa como un neurotransmisor en el cerebro, especialmente cuando enfrentamos situaciones difíciles o de alto grado de tensión.  

Cuando los niveles de cortisol están balanceados, nuestros órganos y sistemas funcionan en armonía. 

No obstante, cuando esta hormona se mantiene elevada, puede derivar en una alteración endocrina y producir efectos muy negativos en las funciones de las células de todo el cuerpo.

Así que -como ves- el cortisol no es «malo». De hecho, lo necesitamos porque activa nuestro sistema de supervivencia que es el que nos mueve a utilizar todos los recursos internos con los que contamos para superar situaciones retadoras.  

Lo que es «malo» es el exceso. Es decir, cuando nuestro cuerpo se mantiene en estado de lucha o pelea interna constante.  

Marián Rojas-Estape, reconocida psiquiatra y neurocientífica, en sus libros y varias de sus conferencias menciona que «el cortisol demora aproximadamente seis horas en reducirse hasta llegar a su equilibrio». Por tanto, según la ciencia, ese estado de lucha o pelea interna constante en el que nuestro cuerpo se mantiene a lo largo del día y así día tras día, ocasiona que todos nuestros demás sistemas indispensables para la supervivencia no funcionen como deberían.  

¿La consecuencia? Enfermedades autoinmunes, enfermedades crónicas, inflamatorias, digestivas, coronarias, falta de sueño, irritabilidad, un aumento de la depresión y de la ansiedad, un aumento en los niveles de azúcar en la sangre y de los triglicéridos que el cuerpo puede usar como combustible, mutaciones celulares[1], entre otras. ¿Y a nivel relacional? Tal como ha manifestado en múltiples ocasiones el neurocientífico argentino Facundo Manes, «el estrés crónico sostenido en el tiempo vuelve a las personas más individualistas y menos empáticas».

Estrés crónico

Hablar de estrés crónico o como algunos lo llaman «vivir estresados», es hablar, por lo tanto, de un círculo vicioso compuesto de hábitos dañinos que afectan la salud y el bienestar personal y colectivo.  

Este círculo vicioso afecta seriamente la relación con nosotros mismos, con los demás, con el entorno, ¡con la vida misma!, e impacta fuertemente hasta en las cuentas públicas de las naciones. En palabras de Ferdinando Regalia, Gerente del Sector Social del Banco Interamericano de Desarrollo:

«Las enfermedades crónicas son las más caras de atender» (Webinar «El Futuro del Gasto en Salud en América Latina y el Caribe» – proyecciones al 2050. Febrero 10 del 2022) [2]. «Hay que encontrar la manera de reducir factores de riesgo como la hipertensión y la diabetes con fuerte tendencia a incrementarse en los próximos años para reducir su incidencia en el gasto en salud en la mayoría de los países» (Andrés Vecino-Ortiz).

¿Te das cuenta ahora por qué es crucial que le «bajemos el volumen» al estrés crónico? ¿Cómo hacerlo?  

Por experimentación propia, puedo decirte que la llave para lograrlo está en la oxitocina. Afortunadamente, esto lo vienen sustentando desde hace varios años la misma Marián Rojas-EstapePaul Zak y otros expertos con relevantes investigaciones.

«Buscar el encuentro, la conexión con otros seres humanos, tiene un efecto positivo en la salud, el bienestar y la felicidad. La oxitocina es una hormona protectora del organismo y se libera en la sangre cuando, en una determinada relación, el afecto está presente».

Dr. Mario Alonso Puig.  «365 Ideas para una Vida Plena» (Espasa, 2019)

Tomando en cuenta que todas las emociones se contagian, la pregunta es:

¿tú, qué eliges contagiar: cortisol u oxitocina?

Desde SÜMASET en todos nuestros proyectos estamos convencidos y comprometidos en acciones que aporten bienestar social y personal (consulta en nuestro apartado  BIENESTAR PERSONAL)

[1] Ponencia Dr. Mauricio Hidalgo, Ph.D. Primer Congreso de Neurociencias y Educación organizado por Astorga Consultores y Universidad Mayor. Chile 2021.

[2] Presentación de los resultados del proyecto “Tendencias futuras de gasto y tratamientos en salud en América Latina y el Caribe”. Este proyecto, encargado por el BID y llevado a cabo por la Bloomberg School of Public Health de la Universidad de Johns Hopkins (JHSPH) en asociación con siete instituciones de ALC, desarrolló un modelo económico para examinar cómo cambiará el gasto de salud en la región durante los próximos 30 años, debido a la transición demográfica y epidemiológica, el crecimiento económico y las nuevas tecnologías sanitarias.

Ana Daniela Chávez

IMPACTO SOCIAL E INNOVACIÓN

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