EL PODER DEL ASOMBRO

 

Si no te ha sorprendido nada extraño durante el día, es que no ha habido día.

John Archibald Wheeler

 

La capacidad de asombro parece disminuir conforme el cerebro madura, las regiones del cerebro encargadas de procesar los acontecimientos sorprendentes se vuelven más tolerantes. A estos resultados llegó un equipo de científicos de la Universidad de Basilea, Suiza y cuyo reporte fue publicado en Science Advances.  La capacidad para identificar eventos inesperados ha sido fundamental para la supervivencia de las especies, es una adaptación evolutiva.

 

Decía Platón que el asombro es la primera disposición del conocimiento en un doble sentido: antecede al deseo de conocimiento y también lo posibilita. El asombro ha permitido al hombre avanzar en diferentes ámbitos de la vida, ha sido una aventura abierta para el aprendizaje, la curiosidad y la creatividad.

 

La propuesta de este artículo es responder a la pregunta:

 

 ¿Por qué entrenar la capacidad de asombro incrementa el bienestar?

 

Dacher Keltner, psicólogo de la Universidad de California en Berkeley dice que el asombro es la sensación de estar en presencia de algo inmenso que escapa a nuestra comprensión del mundo, surge de una “percepción de inmensidad” algo que nos desafía a replantearnos nuestras ideas previas. Es la sensación de insignificancia ante algo mucho más grande que nosotros, es el primer paso hacia la reflexión y la contemplación, puede darse por un acontecimiento positivo (agradable), pero también por un hecho negativo (dañino o doloroso).

 

Keltner descubrió que el asombro activa el nervio vago y ralentiza nuestro ritmo cardiaco, mejora la digestión y profundiza la respiración. También tiene beneficios a nivel psicológico de acuerdo con Keltner y Sharon Salzberg ya que acalla el discurso negativo, nuestra crítica interior, desactivando la red neuronal por defecto. Keltner señala que cobra gran relevancia en las redes sociales “Estamos en un momento cultural de narcisismo, auto humillación, crítica y exigencia de privilegios; la capacidad de maravillarnos nos saca de esa situación”.

 

Las experiencias de asombro y sobrecogimiento, de maravillarse, según estudios, favorecen el altruismo ya que tienden a darse menos importancia de manera individual, toman decisiones más éticas y miran por el bien de la comunidad. 

 

Beau Lotto neurocientífico y CEO de The Lab of Misfits, dice que es en los lugares desconocidos donde los cambios ocurren. Lotto plantea esto en su conferencia Ted «Cómo experimentamos el asombro, y por qué importa», montada con acróbatas del Cirque du Soleil a quienes llama «creadores de asombro» que comparten el escenario con los bocetos de fondo de un dibujante.

 

RAZONES PARA ENTRENAR TU CAPACIDAD DE ASOMBRO E INCREMENTAR TU BIENESTAR.

 

Según Dacher Keltner en sus más de 200 artículos y charlas, junto a otros expertos, describe los beneficios de entrenar la capacidad de asombro:

 

  1. El asombro disminuye el estrés. La sensación de contemplar algún paisaje maravilloso de la naturaleza, una obra de arte, por ejemplo, reduce los niveles de cortisol y eleva la dopamina, como resultado disminuyen los niveles de ansiedad y de estrés.
  2. El asombro te hace sentir menos importante. El diálogo mental interior cesa y la tendencia al narcisismo también. La visión del mundo se expande al sentirnos más pequeños, nos sentimos más unidos a los demás, aumentando la conciencia de formar parte del mundo.
  3. El asombro te pone de buen humor. Varios estudios han demostrado que mirando fotografías o videos que inducen al asombro mejoramos nuestro humor y en general el bienestar.
  4. El asombro aumenta la creatividad. Nos convierte en personas más curiosas y abiertas, somos capaces de ver más alternativas. Cuando deseamos descubrir, explorar o aprender es cuando la creatividad entra en juego.
  5. El asombro aporta a la inteligencia. Agudiza las capacidades del cerebro, otorga una visión crítica de la realidad y ayuda a abrirnos a recibir nueva información. Cuando nos asombramos pensamos mejor.
  6. El asombro puede mejorar la salud. Algunas investigaciones preliminares mencionan que puede contribuir a reducir la inflamación del cuerpo.

 

“Aquel a quien lo misterioso resulta extraño, quien no puede hacer una pausa para maravillarse y quedarse cautivado en el asombro está más muerto que vivo, pues sus ojos están cerrados”

Albert Einstein

 

 

Cuando nada nos maravilla, la esencia de la vida se ensombrece y el mundo se vuelve uniforme y repetitivo. El asombro es el primer paso para reconectar con aquello por lo que vale la pena vivir. Un antídoto contra el hastío, la tristeza, la desesperanza que nos invaden últimamente y por el que vale la pena hacerle espacio en nuestro día a día.

 

Para entrenar el asombro, toma un respiro, mira a tu alrededor, está en contacto con la naturaleza, conecta con tu cuerpo, practica la atención plena, mira a los ojos a tus seres queridos, contempla el cielo a diferentes horas del día, observa el comportamiento de la gente en la calle al caminar, aprende del funcionamiento del cuerpo, hay muchísimas oportunidades de asombrarse con este maravilloso mundo en el que vivimos.

 

Cierro con un cuento de Robin Wall Kimmerer, descendiente del pueblo potawatomi, Una trenza de hierba sagrada.

 

Cuentan los indios potawatomi, de las grandes praderas de América del Norte, que un día la mujer del cielo cayó al gran mar con un puñado de semillas en su mano. En su larga caída, sintió de pronto el roce de unas plumas mullidas bajo su cuerpo: era una bandada de gansos reunidos para atajarla. Pero no podían sostenerla por mucho tiempo y ya estaban cerca del agua. Por eso, llamaron a un concilio de animales. Todos se reunieron debajo de la muchacha. Una tortuga ofreció la curva de su espalda para que la joven descansara. Varios animales recordaron haber visto barro en el fondo del océano y decidieron ir a buscarlo, porque sabían que la mujer necesitaría tierras que cultivar, tierras para vivir. Uno tras otro, el pato, la nutria, el castor y el esturión bajaron sin éxito. Finalmente, el ratón de río se aventuró. Nadie le tenía fe. Tardó mucho en volver. Al fin, vieron subir un collar de burbujas y, por debajo, el cuerpo sin vida del ratón. Alguien notó que tenía el puño cerrado. ¿Qué apresaba ahí? Un montoncito de barro. Había dado su vida para salvar a la mujer. La tortuga dijo: «Pónganlo sobre mi lomo», y así lo hicieron. Agradecida, la mujer del cielo se puso a cantar. A medida que cantaba, la tierra crecía a su alrededor. Llamaron a esa tierra Isla Tortuga. Pero la mujer del cielo no había venido con las manos vacías. En su caída se había aferrado a unas ramas del árbol de la vida y traía frutas y semillas de ese árbol. Esparció las semillas sobre la tierra y de ellas nacieron flores, pastos silvestres, árboles y plantas de toda clase. Y ahora, que había lugar, muchos animales se unieron a la mujer en Isla Tortuga.

 

Un cuento para maravillarnos de todo lo que nos brinda la naturaleza y de la cooperación.

 

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LESVIA E. VARGAS

BIENESTAR SOCIAL