EL FINAL DEL AÑO Y EL ANCLAJE DE LA ESPERANZA.
Cómo la esperanza nos ayuda a reencontrar nuestro propósito a pesar de lo duro que haya sido el año anterior.
He finalizado el año muy cansada, teniendo que superar obstáculos que no me había podido imaginar, después de los del 2020, que ya habían sido muy duros para mí: la misma enfermedad llamó a la puerta dos años consecutivos.
Durante el proceso tan complejo que viví en 2020 y 2021 pude hacerme muchas preguntas y reflexionar durante tiempo sobre ellas:
- ¿Por qué me está ocurriendo esto a mí?
- ¿Me está ocurriendo porque ya estoy preparada para recibirlo?
- ¿Qué me está queriendo decir esta situación tan dura que está afectando a las personas que más quiero?
- ¿Ha llegado realmente el momento de poner en marcha todos los recursos que tengo y que he ido aprendiendo a lo largo de todos estos años de formación?
- ¿Realmente tengo un grado de resiliencia mayor de lo que pensaba?
Estas y muchas preguntas más iban y venían en el transcurso de estos dos años y las respuestas eran las siguientes (en el mismo orden que las preguntas):
- Después del shock de las duras noticias del 2020 y del 2021, me dije a mi misma que por qué no me iba a estar ocurriendo a mí. A lo largo de mi vida veía que estas noticias me las contaban otros a mí y ahora estaba yo viviendo lo que otros habían vivido.
Traté de ser humilde y entender que todos vamos a vivir en nuestra propia carne o en la de alguien muy cercano, situaciones y enfermedades que se escapan totalmente de nuestro control.
- Cuando todo esto empezó, sumado a la pandemia, me di cuenta de que sí estaba preparada para recibir lo que la vida me había puesto sobre la mesa a pesar de que no era de mi agrado y me dolía.
Recibí las noticias y tuve miedo, me sentí triste, pero dejé fluir mis emociones y en ningún momento traté de bloquearlas, ni desatenderlas. Me escuché a mí misma y le di espacio a mi sentir.
- Y sí, esto estaba sucediendo a las personas que más quería y quiero en mi vida.
De alguna forma, me hizo reflexionar mucho sobre cómo me sentía yo con ellas. ¿Todo estaba bien? ¿Estábamos en paz? ¿Se habían quedado conversaciones pendientes? Si así fuese, ¿qué quería hacer con ello?
No, no había temas pendientes. Sí había crecido todavía más el valor que para mí tenían y tienen y esto me hizo sentirme muy bien y, por lo tanto, a ellos también.
- Pues sí, era el momento de poner en marcha tanto conocimiento adquirido, tanto trabajo de autoconocimiento y crecimiento personal. Y así fue.
Fue el mejor momento de poner todo el arsenal de recursos a mi disposición y a partir de ahí, dejar a mi ser “ser” y simplemente fluir.
- Sin duda, a pesar de temer a este tipo de situaciones toda la vida, cuando llegó el momento, “no me faltó el aire” (esa era una de mis creencias que me encarcelaba y me dejaba anclada en la emoción del miedo). No solo eso, sino que me llené de energía para colaborar, para hacer de la situación “la mejor situación posible”, y creé las mejores condiciones posibles para que todo el sistema familiar tuviese el mejor sostén.
Mis grandes aprendizajes:
- La humildad para entender la vulnerabilidad del ser humano y la incertidumbre a la que la vida nos somete en el día a día.
- Soltar el control y rendirse a la vida cuando es la única opción de salir victoriosa.
- Aceptar mis emociones dolorosas como parte del proceso para disminuir las posibilidades de sufrimiento.
- Cultivar emociones positivas como el amor hacia las personas que más quiero y hacia el resto del mundo siendo compasiva, la gratitud sincera y genuina de poder sentir, dar y recibir amor de mi familia y todas las personas que me rodean.
- La resiliencia, para poder seguir superando momentos difíciles y poder crecer a continuación.
- La colaboración en cualquier tipo de sistema, en este caso familiar, en los momentos difíciles.
- Crear las condiciones de seguridad psicológica y bienestar para que todos los que formamos parte del sistema, podamos dejarnos sentir, expresar nuestras emociones y fluir.
De este modo, a través de dar GRACIAS A LA VIDA y de mantener siempre viva la ESPERANZA, ha sido como me he ido dando cuenta de que:
“A pesar de los momentos difíciles un@ mism@ puede encontrar lo positivo dentro de lo negativo y sentirse muy feliz, incluso más que antes de vivir estos momentos”
¿A qué suena paradójico?
GRACIAS A LA VIDA
En SÜMASET trabajamos para ofrecerte el mejor servicio para ti y a los tuyos, en materia de bienestar. Consulta todos los talleres, formaciones y proyectos que podemos hacer por ti. Llámanos al +34 628 71 80 31 y te ayudamos, o escríbenos a hola@sumaset.com.
SILVIA ESTÉVEZ
CEO-SOCIA FUNDADORA SUMASET
2 comentarios
«… Llegado el momento de poner sobre la mesa el arsenal de recursos con los que contamos y dejar ser a nuestro «ser» ❤ «. Hay un dicho que dice: la vida no nos manda más de lo que podemos aguantar. Tú eres una campeona. Abrazo apretado amiga linda.
Otro enorme para ti, querida Ana Dani!! 😉