“Tenemos dos vidas: la segunda comienza cuando nos damos cuenta de que solo tenemos una”

Confucio

Comienza un año, y es propicio para preguntarnos si sabemos a dónde vamos. Pareciera en la gran mayoría de las veces, que vamos en un barco a la deriva, nos dejamos llevar sin tener un rumbo. Las actividades cotidianas nos hunden en el vaivén de las olas y, nos arrulla, adormeciendo nuestra mente hasta que termina el día. Así se pasa el tiempo sin tener un punto elegido a donde dirigirnos.

¿Qué vas a hacer con la vida que te queda?

No es una pregunta fatídica, sino real, todos a cualquier edad es importante hacernos esta pregunta, ya sea que tengamos 15, 20, 50 o 75 años.

Imaginemos una gráfica en forma de dona, donde la dona completa representa el total de años que vivirás -que a ciencia cierta nunca se sabrá el tiempo exacto- sin embargo, lo que sí puedes decidir es como vivir esos años que te quedan. Cuando te preguntan ¿Cuántos años tienes? Siempre contestamos los que ya hemos vivido, los que ya no tenemos, los que ya se fueron. Los años que tenemos son los que nos quedan por vivir.

Un día tiene 86,400 segundos, ¿Qué haces con ellos? ¿En qué actividades aplicas tu tiempo? ¿En dónde estás poniendo tu atención? Porque a donde pones tu atención pones tu energía, y esa energía es la vida que se consume, de ti depende si es lo que da valor a tu vida o no. En la actualidad me llama mucho la atención escuchar a las personas que no tienen tiempo cuando se trata de realizar cosas que tienen que ver con ellas mismas, se aplican sólo en el trabajo, estudio, y por supuesto en los grandes distractores que ahora nos ofrece la tecnología.

Ikigai

Una pregunta adicional sería ¿Realmente tienes el control de tu vida? ¿Estás viviendo la vida de otros? ¿Estás viviendo la vida que te marca la corriente actual? Cuando no se tiene definido un propósito, es común no tener el control y dejarse llevar, llenar los segundos, minutos, horas, días con lo que vaya llegando, con lo que otros decidan. Una vida con propósito es el acto de vivir en uno mismo, realizando actividades que te dan calma, tranquilidad, convicción, certeza, amor, equilibrio y armonía. El resto, y tus buenas relaciones hacia los demás se da de manera más simple porque tu propósito permea tu entorno.

Héctor García y Francesc Miralles, autores del libro Ikigai, después de visitar varios sitios en Japón donde se encontraban las personas más longevas, conocieron el término Ikigai, el secreto para una vida larga y feliz. El Ikigai es la razón de ser y es la conjunción entre lo que amas, lo que el mundo necesita, en lo que eres bueno y por lo que recibes una paga. En la actualidad, nos hemos volcado en las cosas materiales, olvidando lo más valioso que es nuestro tiempo, la vida que nos ha sido dada para aprovecharla al máximo, las actividades que nos hacen más felices, compartir con los demás, estar menos en la competición y más en la cooperación  y, hacer de este mundo algo mejor.

Hay un cuento que se llama el Sabio de Egipto que dice que estamos de paso, la vida en la tierra es solamente temporal. Vivimos como si nos fuéramos a quedar eternamente dejando muchas cosas para mañana, para después, para el mes que entra. Mi invitación es que puedas definir tu propósito de vida y  hacer un pequeño plan para tu día a día que contribuya a lo que realmente quieras y deseas. Diseñar nuestro destino y decidir cómo queremos que sea, transformarnos en una persona plena, autoafirmar nuestra existencia en el mundo y alcanzar todo nuestro potencial.

Esta planeación de cómo ocuparás el tiempo de la vida que te queda, debe estar representada por los valores y principios que te animan,  tener claro que engloba paradigmas, actitudes, creencias y formas de actuación para enfrentar las contingencias, que será un proceso permanente que te ayudará a tomar decisiones, y, muy importante, convertirlo en un hábito ya que configurará nuevos patrones que te ayudarán a moldear tu camino.

Sé el escultor de tu propia vida.

En palabras de Michel Foucault

“Me llama la atención el hecho de que en nuestra sociedad el arte se haya convertido en algo que atañe a los objetos y no a la vida ni a los individuos. ¿Por qué un hombre cualquiera no puede hacer de su vida una obra de arte?”

Al tener claro nuestro destino, le damos importancia a vivir una vida con sentido, con compromiso, con una visión de futuro, haremos un uso apropiado de nuestros recursos personales. Puedes iniciar el plan en cualquier momento que tú decidas, puede ser ahora, y en el lugar donde te encuentres a sabiendas que tienes que aplicar recursos para cumplirlo.

¿Cómo hacer un plan para la vida?

Para cerrar, daré unos pequeños pasos, sin ser limitativos, de cómo hacer un plan para la vida que te queda por vivir.

1. En este paso definir tu propósito basado en valores y principios con los que te identificas y te sientes comprometido. Identificar tus fortalezas.
2. TUS EXPERIENCIAS. Escribe sobre ti, una autobiografía que te permita conocer quién eres y qué has logrado hasta este momento. En esta parte también incluir cómo te ven los demás.
3. VISUALIZACIÓN. La mente es el más poderoso simulador del mundo, así que busca el impulso hacia el futuro y visualiza como te ves en 1, 5 o 10 años.
4. Hacer un recuento respecto a qué necesitas para convertirte en tu visión, con qué recursos cuentas para cambiar lo que eres por lo que quieres ser y lograr.
5. ELABORACIÓN DEL PLAN. Aquí establece tus objetivos de vida para el tiempo que te queda por vivir, de acuerdo a lo experimentado y trabajado en los puntos anteriores.
6. ACCIÓN. A trabajar cada segundo de tu vida para alinearte a cómo quieres vivir.

Adicionalmente para iniciarlo, requieres de voluntad, una libreta, pluma o quizá una computadora, puedes hacer un mapa mental, elaborar una tabla, texto. No se necesita que esté super elaborado, el contenido es lo más importante y el corazón que estas poniendo. Cuando vayas cumpliendo puedes tachar, rayar, arrancar la hoja, lo valioso es que vayas navegando en el mar de la vida cotidiana utilizando los recursos y los tiempos de manera que estén dirigidos a cumplir tu propósito de vida.

Ve con confianza en la dirección de tus sueños. Vive la vida que has imaginado.

Henry David Thoreau

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