
Podemos ser más felices a través de la aceptación radical
“Las dos partes de la auténtica aceptación—ver claramente y abrazar nuestra experiencia con compasión—son tan interdependientes como las dos alas de un gran pájaro. Juntas, nos permiten volar y ser libres” (Tara Brach)
Los procesos de crecimiento y transformación personal son muy complejos ya que hay creencias muy arraigadas tanto a nivel familiar, cultural, social que, afectan directamente a nuestra manera de sentir, pensar y, por tanto, de comportarnos. Unas nos empoderan y otras nos paralizan.
Cuando comenzamos a darnos cuenta, es decir, a ser conscientes de quiénes somos y quiénes queremos ser (más amables, más bondadosos, más agradecidos, mejores padres/madres, hij@s, amig@s, compañer@s), podemos empezar el proceso de transformación.
La primera etapa comienza por aceptar la realidad tal y como es, entendiendo que hay determinados aspectos en los que no podemos influir y que hay otros en los que sí: Por ejemplo, no puedo influir en que llueva hoy pero sí puedo influir en protegerme de la lluvia llevando un paraguas, un abrigo y unas botas de agua.
Por otro lado, es necesario que nos aceptemos a nosotr@s mism@s tal y como somos, con nuestras luces y nuestras sombras, con nuestras fortalezas y áreas de mejora, tratando de ser empátic@s con nosotr@s mism@s, con nuestras emociones, sentimientos, pensamientos y con el ser que estamos siendo.
En el momento en que hacemos un profundo ejercicio de cómo somos, de autoconocimiento desde la profundidad (emociones, sentimientos, pensamientos) hasta lo más externo (lo que hacemos y decimos, es decir, nuestro comportamiento) y nos aceptamos de forma radical, comienza la transformación real.
En muchos casos, sentimos culpa por situaciones que hemos vivido, daños que hemos causado a nosotr@s mism@s o a otr@s, que no nos han hecho sentirnos bien y que, en muchos casos, siguen presentes en nuestro interior, dejándonos en una posición de víctimas que nos paraliza.
Necesitamos ser capaces de aceptarnos tal y como somos y, en una segunda etapa, de perdonarnos o perdonar a otr@s, entendiendo que sobre el pasado solo tenemos dos opciones: La primera, quedarnos en la posición de víctimas y, la segunda, trabajarnos internamente y querernos, logrando elevar nuestros niveles de autoestima.
La tercera etapa tiene que ver con la coherencia (si lo que pienso y siento está en coherencia con lo que digo y hago) eligiendo conscientemente, a través de nuestros principios y valores, cómo queremos continuar nuestro camino de vida.
En esta tercera etapa, debemos atender a dos puntos: nuestro trabajo interno en el desarrollo consciente de nuestro ser, hacia esa persona que queremos llegar a ser y aprendiendo a su vez a poner límites que fomenten nuestro autocuidado.
Por último, en la cuarta etapa, alcanzaremos la gratitud ya que nos sentiremos mejor, tanto internamente como con las demás personas que nos rodean.
Esperamos que estas recomendaciones sean de utilidad. En SÜMASET trabajamos para ofrecerte el mejor servicio para ti y a los tuyos, en materia de bienestar. Consulta todos los talleres, formaciones y proyectos que podemos hacer por ti. Llámanos al +34 628 71 80 31 y te ayudamos, o escríbenos a hola@sumaset.com.
SILVIA ESTÉVEZ
CEO-SOCIA FUNDADORA SUMASET