Fuerza terrenal

¡Prepárense! ¡Prepárense!

Manos en la cadera, doblen las rodillas

Golpeen los muslos con las manos

Golpeen el suelo con los pies lo más fuerte que puedan

Lo más fuerte que podamos

¡Muero! ¡Muero! ¡Vivo! Vivo!

¡Muero! ¡Muero! ¡Vivo! Vivo!

Se trata del  hombre greñudo

que fue a buscar el sol

y lo hizo brillar de nuevo

Un paso hacia arriba! ¡Otro paso más!

Un paso hacia arriba, otro más, el sol brilla!

Citación de la letra de la danza Haka.

 

El Haka es una danza tradicional Maorí que consiste en un baile con percusión corporal y canto. Se hace al unísono, y son movimientos rítmicos que se caracterizan por la utilización del cuerpo entero con gestos de fuerza y muy energéticos. Hoy en día se sigue llevando a cabo en distintas ocasiones y entre aquellas, antes de las competiciones deportivas, como entre los equipos de rugby.

A los jugadores de Nueva Zelanda les encanta hacer esta danza antes del partido para transmitir fuerza física, mental y la unión entre los miembros del equipo. He cogido ese ejemplo como metáfora de lo que deberíamos de hacer para enfrentar la vida en el día a día. A menudo se nos olvida que el cuerpo es más importante de lo que pensamos y no me refiero desde un punto de vista estético, sino más bien desde un punto de vista más nuclear y de escucha profunda de lo que necesita hacer para sacar su mejor partido.

Lo que nos pasa muchas veces es que mientras nuestros pensamientos van a 200km por hora, nuestro cuerpo está adormecido y poco reactivo. Al activarlo otra vez se nos mueve algo por dentro que, si lo supiéramos leer, seríamos todos campeones del mundo.

Siempre he sido muy partidaria de que el movimiento corporal debería llevar a una condición de liberación emocional muy potente que cuando necesario, se acercara a algo más terrenal y primitivo. La danza africana y el Haka mismo, llevan a esa condición única y fuertemente pasional y enraizada. Estuve practicando durante tiempo baile afro, percusiones y capoeira: la sensación que he vivido al tocar esos ritmos ancestrales y tribales, mover el cuerpo pisando fuerte el suelo, me ha hecho entender que quiere decir estar en este punto entre la vida nuclear y la vida real.

Para cuidar nuestro bienestar personal, puede ser necesario a veces quitarse los zapatos y los calcetines, sentir los pies bien enraizados en el suelo, escuchar esa sensación de conexión con la tierra y la fuerza que nos transmite todo lo que llega de abajo.

Porque lo que está abajo es sólido, fuerte, enraizado y es justamente lo que nos hace falta cuando estamos en momentos más difíciles de nuestra vida.

Escuchemos el cuerpo y escuchemos donde haya ese gran espacio para hacerlo, para sacar nuestra mejor versión y sacar esa fuerza terrenal liberándonos de los bloqueos mentales y corporales debidos

Desde SÜMASET en todos nuestros proyectos estamos convencidos y comprometidos en acciones que aporten bienestar social y personal (consulta en nuestro apartado  BIENESTAR PERSONAL)

Sara Michelle Delpiano

CONSULTORA Y COACH