¿Quieres expresar tu verdad a alguien pero ya sabes que se lo tomará como un ataque?
En mi blog anterior, os hablaba de cómo entrenarnos para actuar desde una energía compasiva cuando estamos en momento claro de ‘Me estoy encendiendo’.
Esta semana vamos un poco más allá. Si ya has conseguido acceder a una energía sana y quieres expresar lo que te pasa, lo que te duele, ¿cómo hacerlo para tratar de evitar que la otra persona se lo tome como un ataque?
Si esto de tomárselo como un ataque es un patrón que se repite, me imagino que te agotarás con sólo pensarlo y desistirás.
No es nada fácil. Y a veces es verdad que toca aprender a aceptar lo que el otro no puede dar.
Así todo, antes de llegar a esa última opción, se me ocurren varias cositas que nos enseña la Comunicación No Violenta que, a pesar de tener mucho sentido, no solemos hacer.
🌼 Hablar de lo que no se habla
Es común que lo que te más te duele y te preocupa no es tanto el contenido de la pelea de turno (texto) sino ese patrón de interacción, ese miedo de cómo se lo tomará, etc. (contexto)
Y pasa que vamos de una pelea a la siguiente, hablando de ‘la cosa’ que toque ese día… cuando el problema de fondo no es ese. No hay forma de conectar en el texto, si no hemos conectado en el contexto.
Lo que suele ocurrir, es que no se habla del problema de base. Te invitaría a buscar un momento tranquilo (no un momento donde estáis peleando) y hablar de ese conflicto base. Es decir, tener una conversación dedicada exclusivamente a eso, a hablar de esto que te preocupa y que te importa.
Y en esa conversación, varias cosas podrían ayudarte a conectar con la persona:
- Decirle lo importante que es para ti que esa persona sienta que tú estás ahí, siempre, con conflicto o sin conflicto. Que para ti es importante vuestra conexión y apoyo mutuo.
- Decirle que, por mucho que os queráis, habrá cosas que hagáis que le hagan daño al otro, porque si no seríamos robots🙂 Y que cuando eso pase, te gustaría poder conectar y compartir cómo lo vives y que el otro comparta cómo lo vive.
- Invitarla a tener conversaciones. Si durante esas conversaciones algo se siente como ataque, que entonces lo nombréis (le podéis poner una palabra clave, como «ataqueeeer» a lo Chiquito, ja, ja) para así darse cuenta de que se vive como ataque y poder lidiar con ello juntos.
🌼 Una vez que tú te expreses, pedirle a la otra persona que te diga lo que ha escuchado
¡Esta parte se me suele olvidar! Y ha sido la razón por la que algunas de mis conversaciones no salieron bien.
A veces decimos una cosa pero la otra persona escucha algo muy diferente.
Esta acción nos ayuda a saber lo que escucha, y de ahí tener la oportunidad de volver a intentarlo ya sea con otras palabras o también volviendo a reiterar cosas que no estamos acostumbrados a escuchar.
Por cierto, si lo que te dice la otra persona que ha escuchado se aleja mucho de lo que has dicho, intenta evitar soltar un «Eso no es lo que he dicho yo», porque sólo echará leña al fuego.
Sería algo así como: «Veo que lo que has entendido no es lo que he querido decir, lo digo de otra forma, porque es importante para mí que esto quede claro»
¡Nos encantaría que nos cuentes qué te parece todo esto!
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MÓNICA MANZANO
DIVULGADORA CNV