CAERSE, LEVANTARSE, APRENDER Y CONTINUAR CURIOSEANDO POR LA VIDA

Ahora dime, ¿quieres equivocarte más?

Nunca me ha gustado equivocarme, tropezar, caerme…Me inundaba un gran sentido del ridículo, me sentía que no estaba a la altura, me avergonzaba de mí misma, me martilleaba con que no era suficientemente buena en lo que hacía, e incluso a veces declinaba probar algo nuevo, porque ya tenía claro que me iba a equivocar…y claro, no me lo podía permitir; quería evitar, a toda costa evitar, mi autofustigamiento posterior.

La profecía autocumplida.

Por supuesto, a ninguno de nosotros nos gusta el fracaso, sobre todo porque lo que viene justo después no es que sea placentero, que se diga.

Pero si echamos la vista atrás y miramos nuestra vida, se hace super evidente que el fracaso es esencial para aprender y para llevar  una vida plena y satisfactoria.

Claro que podemos aprender en libros, en clases, en consejos y recomendaciones, pero hay cosas, normalmente las cosas más importantes de la vida, que sólo podemos aprenderlas equivocándonos, cometiendo errores.

Y esas cosas más importantes de la vida, a las que me refiero, son las que nos aportan felicidad.

En general, cuando nos equivocamos o cuando fracasamos, ¿qué sentimos?

No nos gusta o Tenemos miedo

La primera es la mejor opción, porque que no nos guste equivocarnos implica tomar precauciones y trabajar duro para conseguir aquellos que queremos hacer (para ser exitosos en ello).

En la segunda opción es donde tenemos un handicap, ese miedo nos bloquea. Rechazamos el fracaso tan intensamente que no nos permitimos tomar los pequeños riesgos, necesarios, para avanzar y crecer.

El miedo no solo perjudica nuestro rendimiento, sino que también afecta a nuestro bienestar psicológico.

El ejemplo más claro para darnos cuenta que equivocarse es necesario y esencial es el de los niños, ellos no están preocupados por equivocarse, lo ven como una manera natural de aprender, de vivir, por eso se levantan una y otra vez cuando caen.

Un niño se puede hacer daño al caerse pero eso no le frena a intentarlo de nuevo, poco después.

Ahora imagina un niño que no se da la oportunidad de caerse, cada vez que el niño intenta ponerse de pie, sus padres lo mantienen abajo para que no se haga daño.

¿Qué te parece este comportamiento de los padres? Cruel ¿verdad? porque así, el niño nunca aprendería a caminar.

Podemos explicar hasta la saciedad como se camina, pero eso no es suficiente. Aprendemos a caminar, cayéndonos.

Igual que aprendemos a dibujar un círculo, practicando. Comer bien, creando verdaderos poti poti en la mesa, la cara y el suelo antes.

De manera instintiva, natural, los niños abrazan el error, el fracaso porque no hay otra manera de aprender y de crecer.

Y ahora, a medida que nos hacemos mayores y tenemos una mayor conciencia, en lugar de enfocar nuestra energía en intentar y en intentar de nuevo, enfocamos nuestra energía en evitar el fracaso y ponernos en la fachada de la perfección.

APRENDE A FALLAR O FALLARÁS AL APRENDER

 

Este es un buen mantra, es una buena frase que hay que tener en cuenta para desarrollar nuestro potencial de éxito y felicidad.

Si abrazas el fracaso, con la mente, el corazón y los brazos abiertos, no solo serás más exitoso sino que serás mucho más feliz.

¿Cómo podemos aceptar el fracaso en esta sociedad que nos lleva al perfeccionismo, la competitividad, la inmediatez?

Si nos damos la oportunidad de probar, y volver a probar, de creer en algo, y de recordar que no nacemos sabiéndolo todo, que todo necesita un tiempo, una práctica, y una ilusión, querremos fallar más y lo antes posible, para aprender.

Nuestra mayor debilidad radica en renunciar. La forma más segura de tener éxito es siempre intentarlo una vez más”, Thomas Edison

Hay muchos estudios sobre optimismo que dicen que la clave está en estas dos palabras:

 

Sí y TODAVíA

Sí es la palabra con la que empezamos. Sí a nuevas ideas, Sí a posibilidades, Sí a oportunidades, es la base de prosperar y florecer.

TODAVÍA es con la que construímos la base, la que nos mantiene en marcha, haciendo y haciendo, probando y volviendo a probar.

Cuando te equivoques dite a ti mismo:

Sí, voy a ser un/a buen/a (lo que tu quieras conseguir) y TODAVÍA no he encontrado la manera.

Ahora dime ¿quieres equivocarte más?

Desde SÜMASET en todos nuestros proyectos estamos convencidos y comprometidos en acciones que aporten bienestar social y personal (consulta en nuestro apartado  BIENESTAR PERSONAL)

NOELIA SÁNCHEZ

FELICIDAD & BIENESTAR

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